Tazas de café IAC edición Biennale Venezia2019

QUE VIVAS EN TIEMPOS INTERESANTES

illy celebra la asociación de diez años con la Biennale Arte con una colección de tazas decoradas por cuatro artistas seleccionados por Ralph Rugoff, curador de la 58ª exposición. Cameron Jamie, AD Minoliti, Slavs & Tatars, Ulrike Müller, exaltan con sus creatividad la pasión por el bien, la belleza y el café.

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Los artistas

Cameron Jamie

Tome nota de los detalles que hacen que sus días estén llenos de significado: Cameron Jamie redescubre el placer de releer sus notas tomando un café, en un momento en que todos los elementos se unen y parecen adquirir un nuevo sentido creativo. De hecho, hay un hilo invisible que une palabras y diseño, mostrándonos la belleza de las cosas más simples, como una flor.

AD Minoliti

AD Minoliti juega con formas y colores, inspirados en el trabajo del grupo Memphis y su divertido uso de la geometría. Los motivos que decoran su taza son simples y te invitan a imaginar diferentes historias y personajes cada vez. Puedes comenzar con un gato o un monstruo, ambos elementos clave en el trabajo del artista: lo importante es hacerlo con alegría y diversión, siguiendo la composición mental de cada rompecabezas .

Ulrike Müller

A menudo, los objetos destinados a diferentes funciones o con una estética diferente terminan uniéndose, generando efectos sorprendentes. Es el caso de los platos de Ulrike Müller, recuperados la mayor parte del tiempo en el mercado de pulgas y colocados uno al lado del otro, incluso si provienen de diferentes colecciones. Así nació la decoración de una nueva copa, combinando elementos digitales y dibujados a mano, adaptándolos entre ellos.

Slavs & Tatars

El colectivo Slavs & Tatars presenta The Dark One, un homenaje a los orígenes geográficos del café a través de un juego fonético. Tres letras pertenecientes a tres alfabetos diferentes reproducen casi por arte de magia el mismo sonido gutural "qaf", la primera letra de la palabra "café" en África oriental y la península arábiga. Las letras se alternan, mejorando el lenguaje y la sensualidad, en una decoración que combina geopolítica, comida y rendimiento artístico.