LOS PRIMEROS NUEVE MESES

Los cachorros de los animales aprenden los comportamientos cuando son muy pequeños, en poco tiempo y de manera irreversible:  es un fenómeno muy curioso llamado imprinting.

Podríamos decir que algo muy parecido sucede en un bar recién abierto: el primer período de actividad es el más importante para su formación y  deja una marca indeleble en su personalidad.

He aquí lo que debéis esperar de los primeros nueve meses de vida de vuestro local.

Independientemente del tipo de actividad que tengáis previsto abrir, hay algunas reglas universales que se deben conocer.
Ante todo podemos decir que el “período de observación” para valorar si el bar está teniendo éxito o no tiene que ser de al menos nueve meses: en este lapso de tiempo el negocio debería asentarse y tendríais que ser capaces de hacer las primeras valoraciones. Una del las leyes infalibles “de los primeros nueve meses”  tiene que ver con la marcha del negocio, que sigue normalmente una curva típica. Esperad inicios muy esperanzadores y resultados in crescendo durante el primer mes. Después de este momento de oro, podrías tener la sensación de que la suerte os está abandonando. Probablemente os asustéis pero... ¡que no cunda el pánico!

Es perfectamente normal que después de un primer interés la curiosidad de los consumidores ocasionales vaya a menos. Dad a vuestro público potencial el tiempo de descubriros y valoraros y para después seros fieles. Entrando en detalles, ¿cuáles son los aspectos a tener especialmente en cuenta  en vuestros primeros pasos como gestores del negocio?

Decidir cuál será la organización del bar es una tarea difícil e importante para el futuro del local. La calidad del servicio dependerá mucho de cómo seáis capaces de planificar los turnos, tareas, procedimientos... En este momento estáis dando el imprinting a vuestros colaboradores y no podéis permitiros el lujo de equivocaros.

La organización

Durante la primera etapa (al menos un mes) os aconsejamos establecer turnos fijos: esto os permitirá crear una rutina, una especie de “base” sobre la cual podréis intervenir con cambios y mejoras posteriormente.
Sucesivamente, os sugerimos  organizar la rotación del personal: es un modo para que los clientes aprecien vuestro producto en primer lugar y que vuelvan para encontrar la calidad que ya conocen, sin decepcionarles si, por ejemplo, en alguna ocasión no encuentran al barman al que están acostumbrados. 

La comunicación

¡El mayor riesgo que corréis al principio de vuestra nueva actividad es que no os entiendan!
Para que os entiendan tenéis que saber explicaros bien: en todo lo que hacéis, sed coherentes con la identidad de vuestro bar. Evitad proponer nuevas ofertas o actividades de manera continua, terminaréis por confundir a los consumidores y disgustar al personal. Si los resultados no llegan enseguida, no os angustiéis ni penséis en modificar el rumbo inventándoos novedades a troche y moche; sed fieles a vuestra idea original y daos un poco de tiempo.

Una buena autovaloración, periódica y seria os permitirá comprobar día a día como crece vuestro bar.
Los parámetros más importantes para hacerlo de manera correcta son:

  • la recaudación diaria;
  • el número de recibos;
  • el número de clientes que entran cada día;
  • el gasto medio por recibo y por cliente;
  • la organización del trabajo;
  • la eficiencia de los turnos;
  • la diferenciación de la competencia.
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